9:00 | Author: AMCYL
Hay celebraciones de las que a veces uno no quisiera enterarse porque le recuerdan a uno asuntos menos agradables pero que son importantes por el hecho que se celebra. Una de ellas es el 50 aniversario de la puesta en marcha de los Libros de Texto Gratuitos en México.

En un país en el que la educación aún no alcanzaba a todos (y todavía no lo consigue), el hecho de que los niños hasta sexto de primaria recibieran libros de texto gratis, con la obligación de usarlos, me parece un paso muy importante.

Mis compañeros y yo tuvimos que usar esos libros y recuerdo que no nos parecían tan bonitos como los que nuestros padres nos compraban; estaban impresos en un papel de menor calidad y los personajes que aparecían en ellos nos resultaban menos atractivos. De hecho en el colegio, teníamos dos juegos de libros, los gratuitos y los comprados. Generalmente, se trabajaba en los libros comprados y cuando aparecía la inspectora de educación, mágicamente, cambiábamos a los libros que se guardaban en los pupitres y trabajábamos con ellos el rato que la señora estaba por allí.

En los colegios públicos ya no se compraban libros sino que solamente se usaban los libros gratuitos, lo que seguramente provocó grandes disgustos y pérdidas a las editoriales y hasta a las casas de materiales escolares porque los gratuitos incluían también cuadernos de trabajo, reduciendo la necesidad de cuadernos y libretas.

Durante muchos años, los libros tenían la misma portada, que era una pintura de "La Patria" de Jorge González Camarena. Una señora muy mexicana, enarbolaba la bandera y llevaba libros en sus manos. No sé cuándo se cambió la portada pero me parece que ha habido ya varias versiones.

Desde el inicio de este programa, se han producido cinco mil millones de libros. Solamente en los años de gobierno de Felipe Calderón se han publicado 600 millones en español, matemáticas, geografía, historia, ciencias naturales y formación cívica y ética.

En otros países, como España, este tipo de programa es impensable por la diversidad de contenidos e idiomas de una comunidad a otra y, especialmente, por la oposición de las editoriales que perderían uno de sus mercados más importantes. En Estados Unidos, los libros son gratis pero se entregan en régimen de "préstamo", es decir, hay que devolverlos al final del curso. Siempre ha habido controversias sobre los contenidos incluidos en estos libros.

Se ha dicho que el gobierno ha guiado la orientación de la información a favor de sus posturas, o que se ha omitido información poco favorecedora, especialmente en los libros de historia. En todo caso, creo que el modelo mexicano del programa de textos gratuitos ha conseguido unificar la información que se recibe en todos los colegios y ha conseguido que muchos niños tuviesen, al menos, materiales de trabajo para todo el curso.
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