Aunque es una obra difícil, creo que la han resuelto muy bien, con pocos actores, y con una escenografía muy simple: unas columnas que los propios figurantes giraban para mostrar el lado oscuro cuando Segismundo estaba confinado en la torre y el lado luminoso cuando la escena transcurría en palacio.
Fernando Cayo tiene más de 20 años trabajando en teatro, con muchas producciones en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y con muchos premios por diferentes películas y obras. Hace un trabajo espléndido y su transformación cuando piensa que ya es libre, actuando cruelmente con los que le rodean, es muy buena. Tuvo también unos pocos golpes de humor cuando se le presenta una nueva oportunidad de salir de la torre donde había vuelto a estar confinado pero prácticamente pasaron desapercibidos para el público.
También hay buenos trabajos de Jesús Ruyman como Clotaldo, Ana Caleya como Rosaura y Chete Lera como el Rey Basilio. También había una doble de la princesa Letizia. No me impresionó especialmente.
Buena parte de la ambientación se hace con la iluminación, que es fantástica, para la música se han utilizado unas grabaciones de solistas del Coro de la Comunidad de Madrid y de la Escolanía de El Escorial.
La obra es larga y Fernando Cayo lleva el peso con gran habilidad. Da pena verlo sufrir encadenado en la torre (con una cadena invisible), un poco de repugnancia verlo convertirse en villano y admiración cuando se convierte en héroe magnánimo.
Ojala que este estreno sea un presagio de una buena temporada en el Calderón. Nada me gustaría más.
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