Nunca he estado en Turín y solamente he visto fotografías y algún video de esta tela que muestra la imagen de un hombre con barba crucificado y con lo que podrían ser hilillos de sangre manando de las heridas en sus muñecas y pies. La imagen se exhibe en público en muy contadas ocasiones y, seguramente sería muy difícil acceder a ella en esos momentos.
Para muchos, esta tela de lino fue la mortaja de Jesucristo, conocido como el Santo Sudario o Sábana Santa. Todos sabemos que las telas no resisten el paso del tiempo de la manera que se nos quiere hacer creer con este sudario que siempre ha estado rodeada de misterio, pero precisamente la fragilidad de las telas es lo que la hace tan interesante.
Fue hallada en Francia en el año 1357, ha estado guardada en sitios bastante inapropiados para su conservación, ha sobrevivido varios incendios y ha sido objeto de diversos estudios.
Por ejemplo, las pruebas de carbono catorce sugieren que la tela es del siglo XI o XII. El año pasado se hizo un trabajo de digitalización de la imagen del que aún no se conocen los resultados pero que seguramente dará más información sobre el posible origen de la reliquia.
Otro punto muy interesante, para mí, es que no se ha conseguido determinar cómo quedó impresa en la tela la imagen completa (por delante y por detrás) del hombre al que supuestamente cubrió.
La copia del sudario fue creada en una semana, aunque el experimento precisó de meses de trabajo en el laboratorio.
"Hemos demostrado que pudo haber sido creado utilizado materiales y procedimientos disponibles en la época", dijo Garlaschelli, que agregó que es probable que la imagen del manto sea obra de un artista medieval.
Tal vez nunca se sepa la verdad sobre el origen del sudario pero, desde luego, me encantaría verlo.
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