El pasado sábado actuó Malú en el Teatro Calderón de Valladolid. Ya la había visto en su visita anterior a la ciudad, cuando actuó en la Plaza Mayor y me había gustado mucho. Esta vez, en teatro ha sido algo diferente porque creo que la suya es una actuación que se presta más a los recientos abiertos que al entorno de un teatro.

El concierto empezó tarde porque se golpeó contra una puerta y tuvo que ir un médico a atenderla, por lo que perdió algo de movilidad en un brazo y quizás eso también influyera en su estado de ánimo y en la calidad de la actuación que tuvo fallos de coordinación con el coro y de movimientos de ella.

Cantó muchas canciones de su nuevo album mezcladas con muchos de sus éxitos anteriores. Aunque estuve escuchando el CD antes de ir al teatro, no me sé las letras de las canciones, ni las nuevas ni las anteriores, pero disfruto con algunas de ellas. Había muchas chicas en el público que se sabían todas y cada una de las letras y que no se perdían, porque lo compartían a voz en grito, ningún detalle del vestuario, peinado (?), falta de zapatos, etc. etc.

En el público predominaban las mujeres, por dos tercios. Había padres de familia con sus hijas y parejas sin niños pero la inmensa mayoría de los asistentes eran chicas. Curioso. 

Aunque la gente se ponía de pie y se tomaba de las manos como en los conciertos al aire libre, faltaron los mecheros. El personal del teatro estaba algo agobiado intentando evitar que se hicieran fotos y grabaciones. Si alguien llega a encender un mechero, seguro que a la encargada le da un infarto. 

La verdad es que llegué a la conclusión de que esta chica sufre mucho. Casi todas sus canciones son de desamor, desengaños, rupturas, fallos en las relaciones, creo que acabé el concierto deseando que alguien la trate bien, aunque sea, como dice ella, por una vez.