9:00 | Author: AMCYL
Una de las cosas que más odio al ir de compras es la cantidad de bolsas de plástico que te dan. En todos lados, no importa lo que compres, te dan una bolsa para que lleves en secreto lo que has comprado (claro que, a veces, es importante guardar el secreto) y las bolsas son de todos los tamaños y colores.

Lamentablemente, las bolsas rara vez se vuelven a utilizar. En casa tengo un armario en la cocina donde hay una especie de contenedor para guardar las bolsas (dobladas) y poder sacarlas para usarlas nuevamente.

Pero hay muchas bolsas que se rompen o que son tan frágiles que no servirían para echar la basura ni prácticamente nada.
También, lamentablemente, las bolsas cuando se tiran tardan mucho tiempo en descomponerse y son altamente contaminantes. Son mucho más perjudiciales que beneficiosas. Se calcula que cada persona consume unas 18.000 bolsas durante toda su vida.

Cuando era pequeño, mi madre iba a la compra con una cesta o con unas bolsas de yute (o con las dos cosas) y las frutas y verduras se envolvían en papel (a veces, en papel periódico) y todo se echaba en la cesta o en la bolsa de yute.

En el supermercado te daban grandes bolsas de papel grueso que se podían usar una y otra vez.

La verdad es que prefiero ir a la compra con el carrito e ir echando los paquetes en el carrito, rechazando las bolsas de plástico que generosamente te ofrecen. Y espero que muchos de mis amigos vayan adaptando esta política de rechazo a las bolsas de plástico.

En Castilla y León ya hay supermercados que han empezado a limitar la entrega de bolsas de un sólo uso y ya se pueden comprar bolsas de tela o de yute que se pueden utilizar bastantes veces. Se supone que para finales de este año ya no habrá bolsas de un sólo uso.

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