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Author: AMCYL
Ese era el nombre completo de Ana Frank, una de las autoras más leídas de todo el mundo, con un solo libro, su diario, y que murió en 1945, enferma mientras estaba prisionera en un campo de concentración; si hubiese sobrevivido, esta semana hubiese cumplido 80 años.La primera vez que leí su diario fue en clase de inglés, en un libro que tenía muchos otros textos aparte del fragmento del diario. En principio, podía pensarse que se trataba de una lectura "para chicas" porque estaba escrito por una chica. A pesar de ello, leí todo lo que había en ese libro y luego busqué el diario completo. No podía creer que fuese una historia verídica y mucho menos que lo que ella relataba hubiese podido ocurrir. Pero era real y ocurrió.
En mi primer viaje a Europa estuve unos días en Amsterdam y, como no podía ser de otra forma, fui a buscar su casa. Me quedé alucinado de que la casa siguiese en pie y que se pudiese ver la zona donde se ocultaron Ana, su familia y los amigos que le acompañaban tal y como se quedó después de que les detuvieran.
He visto la película (la original, en blanco y negro) y la obra de teatro en Madrid con una actriz
que por más que lo intentó, no llegó a hacernos pensar en Ana, sino en una actriz que impostaba la voz para parecer más joven.Y, por supuesto, he vuelto a Amsterdam y a la casa. La última vez que estuve era mucho más que la simple casa a la que se había restaurado el acceso original al altillo, escondido detrás de una estantería, y el resto de la casa se ha convertido en un centro de actividades contra la intolerancia, con muchas publicaciones y materiales. De hecho, he leído que recién han abierto una "Casa de Ana Frank" en Buenos Aires.
Recuerdo que me llamó mucho la atención que desde las vcntanas del altillo se podía ver toda la manzana alrededor de la casa e incluso, lo que transcurría en las otras casas. No sé cómo pudieron estar ocultos tanto tiempo sin que nadie los viera. Para mí siempre será un misterio saber quién los delató y qué recibió a cambio de su delación.
Creo que aunque Ana Frank no hubiese sido detenida, su diario hubiese seguido siendo un testimonio valioso de la opresión sufrida por los judíos y de la esperanza que mantuvo ella todo el tiempo que estuvo escribiendo. Habría que desear que no tengamos que leer más diarios como ése y seguir recordando a Ana y su familia.
Fotos: annefrank.org
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