Tras mucho pensarlo, he ido a ver la película “Mamma mia!". No tenía demasiadas ganas porque ya había visto la obra de teatro en Londres y en Madrid, en esta ciudad varias veces y no estaba muy seguro de que la película me fuese a gustar.
De hecho, me gustó, me pareció que, al menos, la gente que la hizo se divirtió haciéndola y los lugares donde está filmada son bonitos. Claro que la historia sigue siendo igual de ñoña que en el teatro y no es más que una simple excusa para hilvanar una canción detrás de la otra pero tampoco es que las canciones den para crear un dramón.
La actriz principal lloró, porque siempre llora en todas sus películas, aún en las que no son tristes (debe ser parte de su contrato) y el actor que antes era James Bond pasa a ser el “padre secreto” de
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