9:00 | Author: AMCYL
El día 12 de diciembre en México se detiene la vida para celebrar a la Virgen de Guadalupe.

Desde días antes, la calzada de Guadalupe, avenida que lleva hasta la entrada de su basílica, está congestionada por los grupos que llegan en peregrinación desde todas partes del país, portando flores, velas y ofreciendo sus sacrificios a la Virgen bien en agradecimiento por algún favor recibido o bien para pedir un nuevo milagro.


La fé mueve montañas y en este caso, mueve masas, ya que la llegada de peregrinos es incesante. En los barrios cercanos al santuario te puedes encontrar campamentos improvisados donde los peregrinos pasan la noche a la espera de entrar a ver a la Virgen. Hay servicios especiales de atención para toda esta gente, ofreciendo desde café y comida hasta atención médica de emergencia para los que la requieran.


La noche del 11 de diciembre se llevan a cabo las "mañanitas". Numerosos cantantes se disputan la posibilidad de cantarle a la Virgen en una velada que arranca a la media noche y con la que se le homenajea. La transmisión nacional de esta serenata permite a los que no han podido viajar a México ver a sus artistas favoritos cantarle a la Virgen. Hay un amplísimo repertorio de mañanitas "guadalupanas" y cada año se amplia el repertorio.


Este año pude estar el 12 de diciembre en la basílica, aunque mi interés era el de ver a los grupos de "danzantes" que acuden también a este homenaje.

Los danzantes son grupos de personas de todas partes del país que se visten con atuendos de inspiración prehispánica y que bailan al ritmo de tambores, flautas y sonajeros, danzas indígenas.
Ese día hay muchos grupos repartidos por toda la plaza alrededor de la Basílica y los grupos se van alternando en sus bailes, lo que resulta muy colorido. Bailan por horas y horas, casi incansablemente, en homenaje a la Virgen.

No sé si todos los danzantes llegan a ver a la Virgen pero si pude observar que permanecen largas horas en la plaza.
Resulta un poco contradictorio que se homenajee a la Virgen con danzas indígenas, supuestamente paganas. En el centro de los grupos generalmente se colocan ofrendas de copal, frutas, comida y no hay ninguna alusión a la religión católica, aunque tampoco la hay a ninguna otra religión, pero en los trajes se pueden observar alusiones a la muerte y otros elementos como animales y plantas.

Algunos de los grupos interpretan danzas de la época colonial, del tipo "moros y cristianos" y todos llevan sus estandartes identificarse claramente. Puede uno pasar el día entero viendo a estos grupos aunque seguramente terminaría igual de cansado que los danzantes.

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