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Author: AMCYL
Fui a ver el espectáculo Slava's Snow Show en el Teatro Calderón y realmente me he quedado sin palabras ante el evento.
Primero, ni un solo programa de mano. Por tanto, no se sabía quiénes eran los responsables de lo que se vió, ni quiénes eran los participantes.
Luego, una serie de disparates con imágenes tipo "fondo de escritorio" sin ton ni son alguno. Música sentimental y chantajista, y ni una idea clara de por qué se estaba haciendo lo que se veía en el escenario y, especialmente, en el patio de butacas.
Los artistas se dedicaron a mojar al público, empapelarlo y a "interactuar" de esa manera durante buena parte de la función. Llenaron el escenario y el teatro de "nieve" de papel en lo que supuestamente era un espectáculo maravilloso.
Ni de lejos me lo pareció. No encontré el humor, porque no encuentro gracioso que se moje o maltrate a las personas, y menos al público. La música, de tanto sentimiento, me cansó, y como no habia historia, no había realmente nada que hacer más que ver lo que los señores hacían en el escenario y fuera de él.
Los efectos especiales ya los hemos visto, y mucho mejor aprovechados, en otros espectáculos; la simpatía y gracia de los clowns brilló por su total ausencia. Aunque la gente aplaudía, creo que lo hacía o por inercia o por ver si se terminaba la cosa y se podía marchar a casa antes de que le mojasen.
Realmente, me hubiese marchado a la mitad pero estaba atrapado en el centro de una fila de la que no puedes salir hasta que no han salido todos los que están a tu lado. Por cierto, una verdadera trampa en el caso de una emergencia. El caso es que esto ha tenido éxito en muchos lugares, no sé si por snobismo, ignorancia o inercia, pero realmente era para reclamar y pedir la devolución de la entrada.
Primero, ni un solo programa de mano. Por tanto, no se sabía quiénes eran los responsables de lo que se vió, ni quiénes eran los participantes.
Luego, una serie de disparates con imágenes tipo "fondo de escritorio" sin ton ni son alguno. Música sentimental y chantajista, y ni una idea clara de por qué se estaba haciendo lo que se veía en el escenario y, especialmente, en el patio de butacas.
Los artistas se dedicaron a mojar al público, empapelarlo y a "interactuar" de esa manera durante buena parte de la función. Llenaron el escenario y el teatro de "nieve" de papel en lo que supuestamente era un espectáculo maravilloso.
Ni de lejos me lo pareció. No encontré el humor, porque no encuentro gracioso que se moje o maltrate a las personas, y menos al público. La música, de tanto sentimiento, me cansó, y como no habia historia, no había realmente nada que hacer más que ver lo que los señores hacían en el escenario y fuera de él.
Los efectos especiales ya los hemos visto, y mucho mejor aprovechados, en otros espectáculos; la simpatía y gracia de los clowns brilló por su total ausencia. Aunque la gente aplaudía, creo que lo hacía o por inercia o por ver si se terminaba la cosa y se podía marchar a casa antes de que le mojasen.
Realmente, me hubiese marchado a la mitad pero estaba atrapado en el centro de una fila de la que no puedes salir hasta que no han salido todos los que están a tu lado. Por cierto, una verdadera trampa en el caso de una emergencia. El caso es que esto ha tenido éxito en muchos lugares, no sé si por snobismo, ignorancia o inercia, pero realmente era para reclamar y pedir la devolución de la entrada.
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circo,
Teatro Calderón,
Valladolid
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