Como cada vez nos ponen más restricciones para viajar en un avión, nos cobran más por menos y peores servicios y hacen los asientos más estrechos, la pérdida de espacio e intimidad personal es total.
Antes, viajar en avión era una experiencia más o menos agradable en la que podías, incluso, conocer personas interesantes con las que charlar durante el viaje y hasta llegar a quedar para verles una vez en la ciudad de destino. Hoy en día, puede resultar arriesgado hacer demasiada amistad con desconocidos. Nunca se sabe si son traficantes, asesinos en serie, terroristas, tratantes de blancas, o simplemente roncadores e invasores de tu espacio personal, como el del video:
¿Cuánto pagarías por una fotografía? No me refiero a las de carnet, ni a las de primera comunión, ni las de boda, sino a las que se exponen en galerías de arte con temas a veces poco comprensibles y a veces sorprendentes.
Pues la foto que ilustra esta nota se vendió en 314,804 euros en una subasta pública. ¡Pero si es un vaquero de los de Marlboro! Si pero la hizo un señor que se llamaba Richard Prince, y aunque no tiene título se considera una obra de arte
Otra fotografía del mismo autor alcanzó el precio de 905,814 euritos. También es de otro vaquero de Marlboro.
Creo que prefiero las acuarelas, los óleos o los grabados a las fotografías para ponerlas en la pared. Y de las fotos, me quedo con las de la primera comunión aunque no creo que cuando se subaste consiga más allá del valor del marco.
Hace tiempo conté la experiencia llevada a cabo por el violinista Joshua Bell que se puso a tocar en la entrada de una estación de metro en Washington con resultados bastante penosos: poca gente se detuvo a escucharle y casi nadie le dio dinero.
Pues, una empresa de telefonía movil decidió preparar un anuncio de televisión en la estación de Liverpool. Hicieron un casting en el que escogieron a 400 personas "normales" que acudieron a clases y a las que se les dio videos para que siguieran practicando en casa. Realizaron ensayos de madrugada, cuando el metro estaba cerrado y escondieron 10 cámaras por toda la estación para grabar el anuncio.
La idea es ¿qué haría la gente que circula por la estación cuando, de repente, todos los demás se ponen a bailar? ¿Bailarían? ¿saldrían corriendo? ¿se pondrían a hacer fotos y a mirar a los demás?
Para que la experiencia no perdiese frescura, solamente se podía hacer una toma, así que saliera lo que saliese, ese sería el resultado de la grabación y lo que se podría utilizar para el anuncio de televisión.
Había de todo entre los bailarines: chicos jóvenes, ejecutivos, señoras mayores, abuelos. Lo curioso, y también, lo triste, es que, muchos siguieron su camino como si9 nada, alguna gente se unió al baile, pero muchos otros se quedaron mirando y grabando con el móvil.
La pregunta es, si un día vas por la plaza mayor y de repente la gente a tu alrededor se pone a bailar, ¿que harías?
Este otro video es el "así se hizo" del anuncio:
Y este es un video con las clases de baile que siguieron los participantes:
Una versión algo más edulcorada pero con más imágenes de las reacciones del público es la grabación de "Do, re, mi" en la estación de trenes de Amberes. Definitivamente, ya no se respeta nada. Ni siquiera las estaciones de tren:
Es posible que ya hayas leído estas estadísticas pero como me las volví a encontrar hace poco y me impresionaron mucho, he decidido compartirlas. En 1990 se publicó un estudio que se llamaba "State of the Village Report" que se ha actualizado e ilustrado para publicarlo como un video clip con música de Michael Jackson.
Según este estudio, si se reducie la población mundial a 100 personas, manteniendo las proporciones actuales de población: 61 de esas personas serían asiáticas, 12 europeas, 8 norteamericanas, 5 sudamericanos y caribeños, 13 afrivcanos y 1 de Oceanía. Habría 50 mujeres y 50 hombres, y 47 de los 100 vivien en una zona urbana. 9 son discapacitados. 43 viven sin sanidad básica, 18 sin agua potable y 6 personas poseen el 50% de la riqueza total de la comunidad. 13 están desnutridos o pasan hambre y 14 no saben leer.
Solamente 7 tienen educación de nivel secundario, 12 tienen ordenador y 3 conexión a internet (¿te imaginas no ser uno de esos tres?)
En esa proporción, si tienes una nevera con comida, ropa en el armario, cama y techo, eres más rico que el 75% de la población mundial. Con una cuenta en el banco, eres una de las 30 personas más ricas del mundo.
Hay más cifras para reflexionar en este estudio. No son especialmente bonitas pero nos deben hacer pensar un poco en lo que tenemos y en lo que creemos que nos hace falta. Para ver el estudio completo, usar este enlace.
Hay algunos mitos sobre la relación inversa entre la belleza y la inteligencia que a veces son difíciles de ignorar. Por ejemplo, siempre se dice que las chicas rubias, aunque sean especialmente bonitas, no son las más listas de la clase.
Pues, después de extensas investigaciones, se ha podido comprobar que el mito es completamente falso. Prueba de ello son los videos que acompañan este blog y que demuestran, sin lugar a duda que las rubias no son tontas.
Veamos el primer caso, una chica rubia que acude a una biblioteca:
Las rubias también saber realizar experimentos científicos, como se demuestra en esta grabación de un test de embarazo:
Y, por si quedaba alguna duda, aquí tenemos una participante en el programa de televisión "¿Sabes más que un niño de primaria?"
Fui a ver el espectáculo Slava's Snow Show en el Teatro Calderón y realmente me he quedado sin palabras ante el evento.
Primero, ni un solo programa de mano. Por tanto, no se sabía quiénes eran los responsables de lo que se vió, ni quiénes eran los participantes.
Luego, una serie de disparates con imágenes tipo "fondo de escritorio" sin ton ni son alguno. Música sentimental y chantajista, y ni una idea clara de por qué se estaba haciendo lo que se veía en el escenario y, especialmente, en el patio de butacas.
Los artistas se dedicaron a mojar al público, empapelarlo y a "interactuar" de esa manera durante buena parte de la función. Llenaron el escenario y el teatro de "nieve" de papel en lo que supuestamente era un espectáculo maravilloso.
Ni de lejos me lo pareció. No encontré el humor, porque no encuentro gracioso que se moje o maltrate a las personas, y menos al público. La música, de tanto sentimiento, me cansó, y como no habia historia, no había realmente nada que hacer más que ver lo que los señores hacían en el escenario y fuera de él.
Los efectos especiales ya los hemos visto, y mucho mejor aprovechados, en otros espectáculos; la simpatía y gracia de los clowns brilló por su total ausencia. Aunque la gente aplaudía, creo que lo hacía o por inercia o por ver si se terminaba la cosa y se podía marchar a casa antes de que le mojasen.
Realmente, me hubiese marchado a la mitad pero estaba atrapado en el centro de una fila de la que no puedes salir hasta que no han salido todos los que están a tu lado. Por cierto, una verdadera trampa en el caso de una emergencia. El caso es que esto ha tenido éxito en muchos lugares, no sé si por snobismo, ignorancia o inercia, pero realmente era para reclamar y pedir la devolución de la entrada.
Hoy me he enterado que mi buen amigo Betto ha fallecido de cáncer de colón en Buenos Aires. Ha sido uno de los mejores ejemplos de entereza y actitud positiva ante la enfermedad que he conocido en mi vida. Tuve la suerte de que viniera a Valladolid junto con Fátima, su esposa este verano, después de que asistieran a un congreso en Bilbao.
Fue una visita relámpago: llegaron el sábado, dimos un paseo por la ciudad, tomamos unas tapas con unos amigos y fuimos al concierto de Eleftheria Arvanitaki en el claustro de San Benito. El domingo fuimos a Soria para ver la exposición de "Las Edades del Hombre"; después de verla, comimos en un sitio cercano y de vuelta a casa paramos un rato en Burgo de Osma. El lunes emprendieron el viaje de vuelta a Argentina.
Durante el poco tiempo que estuvo por aquí con Fátima, hizo muchas fotografías, charlamos mucho, compartimos gratos momentos, escuchamos música en el coche, buscamos donde probar jamón serrano (una de sus grandes aficiones gastronómicas) y sobre todo, me dejó sentir su enorme energía. Para mí, fue un fin de semana memorable. Lo comenté y he seguido haciéndolo con muchos amigos y compañeros.
Deja en Buenos Aires a Fátima, su esposa, sus hijos y nietos y el legado del colegio Pueblo Blanco al que dedicó buena parte de su vida.
Betto ya llevaba tiempo luchando contra la enfermedad y fue muy público en su lucha ya que mantuvo un blog en el que detallaba los tratamientos que seguía y animaba a todos a hacerse la pruebas preventivas que todos evitamos hacernos.
Aunque los tratamientos que estaba siguiendo le habían debilitado y habían cambiado su aspecto, siempre le recordaré cuando le conocí en un congreso hace ya muchos años, con una actitud y sonrisa como la de la foto. Como un tipo genial.
La verdad es que no tengo idea de que es lo que se anuncia en este video pero la situación es muy divertida. Un grupo de "exploradores" o scouts o como querramos llamarles, con su linda monitora que, a juzgar por las miradas de los niños, ya ha despertado un poco de curiosidad en ellos.
Una situación de peligro en la que hay que proteger a los niños a toda costa y en la que ellos mismos ofrecen la posible respuesta a la situación y una monitora que duda sobre qué hacer.Y tú, ¿qué harías?
En algún viaje, alguna vez, nos hemos dejado olvidado algo en el hotel: corbatas, zapatos, libros, cargadores del teléfono móvil, regalos (algunos a posta), las llaves de casa, cepillos de dientes y productos de higiene personal.
Recientemente, una cadena de hoteles ha publicado una lista de objetos que sus clientes han olvidado en hoteles de Madrid y Barcelona y había de todo: dentaduras postizas, una peluca, un vestido de novia, joyas, una faja ortopédica...
Según la misma cadena hotelera, frecuentemente se encuentran en la habitación, olvidados por los huéspedes: ordenadores portátiles, teléfonos móviles, i-pods, cámaras fotográficas, prótesis dentales, bolsos, carteras, maletas, artículos de aseo personal, libros, peluches. Una vez, se dejaron una persona (que seguía dormida cuando el resto del grupo se fue).
La verdad es que lo más fácil de dejar olvidado es el cargador del teléfono móvil: lo enchufas, pones a cargar el teléfono, a la mañana siguiente, recoges el móvil y dejas el cable enchufado... los libros que dejas sobre la mesilla de noche y que pasan a formar parte del paisaje de la habitación, y cualquier cosa que guardes en un cajón, corren grave riesgo de quedarse allí hasta que los encuentre la camarera.
Una vez me dejé una corbata que acababa de comprar y que me gustaba mucho. Llamé al hotel y tuve la suerte de que no le gustara a nadie más. Un par de días después me llegó por correo. Otra vez, dejé una maleta que se rompió en la batalla contra los manipuladores de equipaje en el avión y que tuve que reemplazar de emergencia.
En un viaje me encontré un cajón lleno de revistas pornográficas que alguien se había dejado. No sé si accidentalmente o porque ya no le harían falta.
Nunca he olvidado una persona, aunque alguna vez me han dado ganas de hacerlo...
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INVITACIÓN ESPECIAL
Presentación de Revista Digital 4 y 5 de junio de 2010