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Author: AMCYL

Finalmente, la semana pasada se ha convocado a todos los que quisieran a jugar. Los interesados tenian que llevar un libro, un cuento o, al menos, un papel con el nombre de Cortázar. Tenían que lanzar una piedra pintada especialmente y empezar a jugar hasta completar el recorrido. Todos los que lograban hacer el recorrido completo se podían quedar con la piedra pintada. El primero en conseguirlo fue un niño de ocho años.
Como homenaje al autor, me parece una idea fantástica. Seguro que muchos recordarán el día en que jugaron a la rayuela en una de las calles más largas y anchas del mundo y seguro que buscarán leer algún libro de Cortázar. Aunque no he jugado, yo ya he empezado.
Fotos: Clarín.
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